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22/07/2015 ¿Por qué remar duele? Afrontando la fatiga y el ácido láctico
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​Remar duro duele. Es así. Si quieres ir rápido y ser aún más rápido, tienes que atravesar el umbral del dolor. De hecho, cuanto más en forma estés, más dolor podrás soportar. Pero la causa de este dolor no está tan clara como antes se pensaba.

El ácido láctico ha sido seleccionado en el papel de némesis, como el mal necesario para un mayor rendimiento atlético; no solo en remo, sino también en muchos otros deportes durante los últimos años. Sin embargo, en décadas recientes el conocimiento científico ha avanzado y el ácido láctico parece que juega un papel más complejo del que habitualmente se cree.

“Lo primero de todo”, explica el Dr. Trent Stellingwerff, jefe de Innovación e Investigación en el Canadian Sport Institute Pacific, “deberíamos llamar a lo que medimos lactato y no ácido láctico. Dentro del músculo, el 99% del ácido láctico (LaH) se separa inmediatamente en lactato (La-) e iones de hidrógeno (H+). El H+ es el problema.”

“El lactato es tanto combustible como producto de deshecho del metabolismo,” afirma Alex Hutchinson, autor de los artículos Sweat Science para runnersworld.com. “El cuerpo tiene distintas formas de movilizar los depósitos de combustible y todo depende de cuándo necesites ese combustible.”

“Cuando estás rindiendo por encima de tu máximo VO2max (máxima capacidad aeróbica),” dice Stellingwerff, “tienes que extraer del metabolismo anaeróbico para proporcionar la energía requerida. Una regata de remo de 2.000 metros se hace entre el 98-110% de potencia a VO2 max. Por eso los remeros producen tanto lactato.”

“Los maratonianos profesionales, en comparación, corren al 85-90% de su VO2max y nunca tendrán unas lecturas de lactato superiores a 4mmol (minimoles),” afirma, “pero en los remeros puede estar alrededor de 15-18mmol y a veces incluso más.”

La medida del lactato, sin embargo, es una medida indirecta, ya que no es el lactato en sí mismo el que causa la acidez (o la caída del pH en los músculos). Los iones de hidrógeno (H+) producidos con el lactato son los causantes del descenso de pH en los músculos. El pH corporal normal es de 7,2, pero podría descender hasta 6,6 si se realizan mediciones a remeros después de una regata, de acuerdo con Stellingwerff.

“La quemazón que se nota,” afirma, “esa sensación tóxica que se siente al final de las regatas es el H+ que está haciendo caer el pH. Esto envía una señal a todas las encimas para que desaceleren y dejen de producir energía.”

Además de causar directamente un montón de dolor durante la acidificación, esta caída en el pH puede tener otras consecuencias en el rendimiento. “Debido a que estás perturbando el ciclo normal de contracción del músculo,” afirma Stellingwerff, “es de imaginar que podría haber también un impacto en el sistema nervioso central.”

“No está claro exactamente qué es lo que ocurre,”, apunta Hutchinson, “pero parece que hay varios puntos a lo largo del sistema nervioso central que responden a la fatiga. Si por ejemplo ejercitas un único brazo a gran intensidad, el otro brazo también se cansará. Esta fatiga no-local está mediada por el sistema nervioso central y es una de las mejores evidencias de que la fatiga no se encuentra solamente en los músculos.”

Así que, aunque parece que no es el lactato lo que causa la “quemazón”, es lo que los entrenadores y los científicos deportivos tienden a medir. ¿Pero por qué medirlo en primer lugar y para qué resulta útil esa información?

 “Es una cuestión de conveniencia,” dice Hutchinson. “El lactato es fácil de medir y aunque no es el causante de la quemazón en sí mismo, ofrece un sentido indirecto de lo que está ocurriendo en los músculos.”

“El lactato es una molécula importante para ser medida en el contexto apropiado,” afirma Stellingwerff, “pero puede ser sobre-medida”. Stellingwerff conoce el mundo del remo muy bien, ya que durante varios años ha trabajado con el equipo de remo senior masculino de Canadá como jefe de fisiología.

Stellingwerff identifica tres situaciones en las que un científico deportivo puede medir el lactato a un atleta:

  1. Test estandarizados como un test en escalera para valorar el fitness aeróbico/anaeróbico
  2. Como método para calificar/cuantificar un trabajo determinado para valorar si el entrenamiento está teniendo el efecto deseado
  3. Monitorización regular de la adaptación al entrenamiento y la fatiga durante un entrenamiento recurrente determinado

“Lo importante,” dice Stellingwerff, “es la consistencia al medir siempre lo mismo. Cualquiera puede tomar una muestra de lactato, pero lleva mucho tiempo comprender el significado de ese valor. También hay muchas variables y tienes que tener cuidado de no tomar la muestra de lactato y hacer asunciones basadas en este único dato.”

“Pienso que cuando mides el lactato,” afirma, “también deberías medir el ritmo cardíaco (RC), el ratio de percepción del ejercicio (RPE) del atleta y alguna medida externa objetiva como la velocidad del bote. Es la integración de muchas variables, que pueden incluir el lactato, lo que permite una correcta interpretación.”

“El mayor error que se puede cometer,” dice Hutchinson, “sería tomar las medidas de lactato y afirmar que esa persona es lo suficientemente buena o no lo es. Para mí es una herramienta para valorar cómo está un atleta progresando a través del tiempo.”

De modo que, medir el lactato puede no ser tan importante por sí mismo, como a menudo se supone. Sin embargo, sigue siendo un componente importante del entrenamiento y la preparación de los remeros de élite en busca del más alto rendimiento.