En 1971, motivado por la visión de un mundo verde y pacífico, un pequeño grupo de activistas zarpó desde Vancouver (Canadá) en un viejo barco de pesca. Estos activistas, los fundadores de Greenpeace, creían que unos pocos individuos podían cambiar las cosas.
Su misión era protestar contra las pruebas subterráneas que los Estados Unidos estaban realizando en Amchitka, una pequeña isla de la costa oeste de Alaska, que se trata además de una de las regiones con mayor actividad sísmica del mundo. Amchitka era el último refugio de 3.000 nutrias marinas en peligro y hogar de águilas de cabeza blanca, halcones peregrinos y otras especies salvajes.
Aunque su vieja embarcación, la Phyllis Cormack, fue interceptada antes de llegar a Amchitka, el viaje provocó una avalancha de interés público. Greenpeace "Queremos paz y queremos que sea verde" era el manifiesto que lanzaba uno de los tripulantes a la prensa antes de partir.
Los EE.UU. aún detonaron la bomba, pero se había escuchado la voz de la razón. Las pruebas nucleares en Amchitka finalizaron ese mismo año y la isla fue después declarada santuario para las aves.
Desde entonces, Greenpeace es una organización independiente que utiliza la confrontación no violenta y creativa para exponer los problemas medioambientales globales y tratar de forzar soluciones para un mundo verde y en paz.
El MV Esperanza de Greenpeace
A mediados del mes de noviembre del pasado año, Juan A. Valle, responsable de Greenpeace España, contactó con nosotros interesándose por nuestro Remo Indoor Concept2. Según nos explicó, amarrado en el puerto de Santander se encontraba el buque Esperanza de Greenpeace, cuyos ocupantes se mostraban realmente interesados en el Remo para poder mantenerse en forma durante las largas semanas de navegación.
A través de Juan contactamos con Anita, de Greenpeace Noruega, quién nos explicó cómo surgió la idea de montar un Remo Indoor Concept2 en el Esperanza. “Hace unas semanas acudió a visitar nuestro barco Ole C. Ostlund, antiguo remero del equipo Nacional Noruego a principios de los 70 y Campeón del Mundo Veterano. Fue Ole quién nos convenció de la necesidad de disponer de alguna forma de ejercicio en el barco. A bordo somos unos 22 tripulantes, todos realizando turnos de tres meses, y no resulta sencillo mantenerse en forma mientras estás navegando. De modo que Ole sugirió la máquina de remo Concept2”.
Como nos continúa contando Anita: “La razón que esgrimió Ole era que la máquina te ofrecía un trabajo total para todo el cuerpo, era compacta y muy agradable de usar. También podía plegarse de modo que no ocupara mucho espacio. Y por supuesto te ayudaba a mantenerte en forma con el uso regular. Así que con su experiencia y sus conocimientos nos convenció de que el Concept2 era perfecto para la tripulación y para el barco”.
Y parece que Ole no andaba nada descaminado, ya que según concluye nuestra amiga Anita: “Gran parte de la tripulación lo está utilizando todos los días y, la verdad, es que están muy contentos con la máquina”.
El MV Esperanza, botado en febrero de 2002, es el último y más grande de los buques de la flota de Greenpeace, sustituyendo al ahora ya retirado MV Greenpeace.
El Esperanza fue construido en Gdansk (Polonia) en 1984 y era uno de 14 buques similares encargado por el gobierno de Rusia y utilizado por la Marina Rusa como barco de bomberos en Murmansk. La falta de fondos llevó al barco a descansar plácidamente durante unos años a finales de los 80, después fue vendido un par de veces y finalmente trabajó en Noruega como barco de suministros.
Con 72 metros de eslora y una velocidad máxima de 18 nudos, el barco es ideal para trabajos tanto rápidos como de larga duración. Su casco preparado para el hielo le otorga también la capacidad de trabajar en las regiones polares.
Fueron varios los meses de reparaciones para preparar el barco de la forma más respetuosa posible con el medio ambiente. Estas mejoras consistieron por ejemplo en eliminar o proteger en un continente todos los amiantos, instalar un sistema de carburación que evita los vertidos, el reciclaje del agua de a bordo, un sistema de calefacción basado en los desperdicios y basuras y un largo etcétera.
Además se instaló todo el equipamiento estándar de Greenpeace. Se añadió un helipuerto en popa, así como grúas especiales para botar las neumáticas.
El MV Esperanza está en la mar durante todo el año, trabajando en algunas de las regiones más remotas del mundo y está equipado con un sistema de comunicación de gran capacidad, que no sólo permite la comunicación con la gente de abordo sino que también puede trasmitir fotografías y material de vídeo a todo el globo.
El MV Esperanza fue bautizado por los simpatizantes de Greenpeace a través de un cyber-concurso en la página web de Greenpeace. Éste es el primer buque que es bautizado por los simpatizantes y activistas de Greenpeace, y puede que sea también el primer buque jamás bautizado por votación popular a través de la web. Según Brian Fitzgerald, Director de Comunicaciones de Greenpeace: “Poner nombre a un barco nunca ha sido fácil. Los barcos son nuestros iconos más visibles, son el hogar de los tripulantes, son defensores de los océanos. Pero decidimos aceptar la decisión de nuestros simpatizantes y activistas de todo el mundo. Sin ellos, no habríamos tenido ningún buque al que bautizar”.
Con base en Amsterdam (Holanda), Greenpeace tiene 2,8 millones de activistas y simpatizantes en todo el mundo, así como oficinas tanto nacionales como regionales en 41 países.