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05/04/2022 Una vida de extremos: John McAvoy
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John McAvoy empezó la vida con mal pie. Se vio arrastrado al mundo del crimen a edad temprana y acabó en prisión. Pero encontró la escapatoria a través del deporte, convirtiéndose en poseedor de numerosos récords en el RowErg (Remo Indoor) y llegando a convertirse en triatleta Ironman esponsorizado por Nike. Esta es su historia.

Vida Temprana

“Mi vida empezó antes de que yo naciera. Si miras mi historia, tienes que retrotraerte hasta antes de mi nacimiento”, dice John. Las palabras parecen fluir de él como si hubiera pasado por esto antes.

“Mi madre se casó con mi padre; sólo estuvieron casados 11 meses. Ella estaba embarazada de mí de ocho meses cuando mi padre sufrió un ataque al corazón y no despertó”, dice John.

John creció con su madre y muchas otras mujeres: su hermana, su abuela, las tías. En este ambiente, se convirtió en un chico inquisitivo, preguntando constantemente a su madre sobre su padre. Se dio cuenta desde muy temprana edad de que no viviría para siempre.

“Aquello realmente desencadenó algo dentro de mí, profundamente. Cuando fui creciendo quería que mi vida tuviera significado, quería lograr algo en la vida. Quería dejar un legado, pero era demasiado joven para comprender lo que eso significaba”, dice John.

Pero cuando tenía ocho años aquello dio lugar a lo que John denomina “la tormenta perfecta”. El exmarido de su madre salió de prisión y retornó a sus vidas. John le denomina “uno de los ladrones armados más prolíficos del Reino Unido”.

Aquel John de ocho años de edad fue arrastrado al mundo del crimen organizado. Era un mundo intrigante y excitante.

“De golpe, me vi dentro de este grupo de tipos que están involucrados en el crimen organizado. Es muy emocionante cuando eres realmente todavía un crío y te relacionas con todos estos hombres de mediana edad que son básicamente como cowboys, que glorifican el crimen y que te animan a que tomes el mismo camino,” dice.

John se vio absorbido. A la edad de diez y ocho años, fue arrestado por vez primera. Después de un año regresó al mundo, para ser arrestado de nuevo unos pocos años después.

Descubriendo la Máquina de Remo

“Me volvieron a detener de nuevo y en esta ocasión me cayeron dos cadenas perpetuas. Y me pusieron en una unidad de alta seguridad,” cuenta John.

La vida de John parecía estar determinada. Comenzó la “partida” y fue recorriendo todas las casillas. Salió de la unidad de alta seguridad y poco a poco fue trabajando hacia una situación penitenciaria más favorable. Pero justo entonces todo volvió a cambiar.

“En 2009, el 14 de noviembre, mi mejor amigo murió en un asalto a mano armada en Holanda y aquello cambió mi vida profundamente. Desde aquella noche, sabía que nunca más volvería a delinquir en toda mi vida. Pero cuando estás en la cárcel, no puedes simplemente decir “oh, he cambiado, ¿me dejáis salir por favor?”, dice John.

Estaba atrapado. Sabía que ya no quería estar donde estaba, pero tampoco sabía cómo salir.

“Era como si alguien intentando dejar las drogas estuviese encerrado en un chamizo donde venden crack. Estaba físicamente atrapado”, comenta.

Y fue entonces cuando descubrió la máquina de remo.

“Soy tan, tan afortunado que bajé al gimnasio de la cárcel y  allí había un preso remando un millón de metros en la máquina de remo Concept2”, cuenta John.

El preso estaba haciendo un desafío solidario para recaudar fondos, remando un millón de metros. John preguntó si él también podría hacer lo mismo y los oficiales de la cárcel accedieron – si lograba recaudar dinero.

“Hice que algunos familiares me enviaran algo de dinero para esponsorizarme y algunos de los presos en el ala contribuyeron con 50 peniques o un pound. Entregué mi solicitud y me dejaron comenzar”, cuenta John. “La primera vez que me subí a la máquina de remo tenía 26 años. La primera sesión que hice en mi vida remé 32.000 metros”.

Esto le transformó.

“Fue la naturaleza rítmica de la misma. Mirando la pantalla, con aquellos números, y verdaderamente aquello me transportaba fuera de aquella prisión”, afirma John.

Finalmente había encontrado su escapatoria.

John se subió a la máquina de remo y ya no paró. Remó un millón de metros, luego dos, luego tres. Tras unos pocos meses había remado el equivalente a cruzar el Océano Atlántico. Entonces un funcionario de la prisión imprimió los Récords del Mundo y Británicos de Concept2 y John se dio cuenta de que estaba cerca – comenzó a perseguirlos. Rompió un récord, luego dos, luego tres.

“Estar tirado en la alfombrilla después de haber batido un récord, aquello era todo lo que deseaba desde que era un niño en Londres, lograr algo. Me hacía sentir como si hubiera conseguido algo que no mucha gente había conseguido. Fue una experiencia increíblemente poderosa. Entonces me di cuenta de que podía utilizar mi cuerpo como herramienta para salir de aquel sitio y hacer algo positivo con mi vida”, comenta. 

Propagando el Don del Remo

Finalmente John salió de la cárcel y se le dio la oportunidad de comenzar de nuevo. Pero John no paró aquí. Comenzó a compartir su historia, lo que encendió todo un movimiento en los servicios penitenciarios.

“Ahora los servicios penitenciarios en el Reino Unido comprenden el verdadero valor del deporte”, comenta John.

El resultado es tangible en el Reino Unido y en todo el mundo. El Reino Unido ahora apoya carreras atléticas en las prisiones, en las cuales los prisioneros se unen a personas de todo el país para correr 5km todos los sábados.

Y las máquinas de remo son ahora muy frecuentes.

“Ahora hay oficiales de prisión que dan clases de remo a los presos. Las cárceles han invertido en máquinas de remo y ahora compiten unos contra otros en una liga de remo indoor nacional”, explica John.

“Es increíble, los British Indoor Rowing Championships (Campeonatos Británicos de Remo Indoor) permiten a las personas encarceladas competir (virtualmente) al mismo tiempo que los demás. De modo que aunque no puedan estar ahí físicamente, pueden remar desde el gimnasio de la prisión y su pequeño avatar se ve en la gran pantalla, como el de todo el resto de participantes”, comenta John entusiasmado.

El movimiento se ha extendido a cárceles en Australia, donde han establecido una liga de remo indoor – y John espera que se siga extendiendo aún más.

Llegar a los Niños y Más Allá

Pero John no se detiene aquí. Decidió continuar su trabajo para acercar el deporte a tanta gente como fuese posible, tratando de llegar a los niños. Gracias a sus tremendos éxitos atléticos, John fue esponsorizado por Nike. John les pidió una cosa a cambio – tras varias propuestas, finalmente llegaron a un acuerdo.

“Hace dos años, fui con la idea de abrir las instalaciones escolares en el Reino Unido durante los periodos de vacaciones. Se lama “Open Doors””, comenta John. “Durante las seis semanas de vacaciones de verano en el Reino Unido, los colegios se convierten en centros comunitarios deportivos”.

John explica que durante las vacaciones escolares, los niños de entornos desfavorecidos del Reno Unido pueden perder hasta el 80% de su estado de forma. Muchos de ellos pasan todas las vacaciones en casa, mirando pantallas, y John buscaba una solución a esta realidad.

“Abrimos la escuela, la mayoría de chavales viven en un radio de 3km de la escuela. Se les proporciona un nutritivo desayuno y comida. Y los grupos de la comunidad con los clubes de fútbol pueden ir al colegio y usar les espacios de forma gratuita para desarrollar programas deportivos2 afirma John.

Tras un programa piloto con 12 colegios este año, para el año que viene se va a expandir a 500 colegios y a 1.000 colegios al año siguiente. John no para, y menos ahora.

“Con la COVID, las consecuencias han sido terribles. Este tipo de programas se hacen más encesarios que nunca.”

Si hay una persona con la determinación y la motivación para lograrlo, esa es John McAvoy.