Ya sabíamos que la meteorología iba a ser antipática con nosotros, aún así, el viernes 29 de enero aterrizamos en el aeropuerto de Manchester y para nuestro bien, únicamente el frío fue nuestro verdugo que, de un modo compasivo, nos acompañó durante todo ese día y al siguiente.
Una vez ubicados en el hotel, buscamos un lugar donde poder entrenar el día previo a la competición. Encontramos un gimnasio en el centro de Manchester que nos permitió realizar un último entreno antes del gran día. Se llamaba The Gym, una cadena de gimnasios extensa por toda la ínsula británica con unos monitores de gimnasio bien agradables. Los nervios ya comenzaban a florecer y nuestras cabezas trataban de buscar cualquier excusa insulsa que nos hiciera dudar de nuestra capacidad y de todos los entrenamientos, preparación y sacrificio que habíamos realizado hasta entonces.
Después de un paseo por el centro de Manchester y de ver actuaciones en vivo en Market Street, nos retiramos a nuestro hotel para programar bien el día de competición. Nos desplazábamos en autobús hasta el Velódromo de Manchester y sabíamos que iba a llover con total probabilidad, así que no deseábamos mojarnos de forma gratuita por un lado, y por otro, no encontrar inconvenientes por el camino que nos distraigan de la focalización en la regata Indoor.
Día de competición: aunque no nos digamos nada, en nuestras caras se podía ver esa inquietud y nervios que nos acompañaron sin ser invitados. Llegamos al National Cycling Center- Manchester Velodrome, donde ya vimos cómo se agolpaban grupillos de chicos y chicas jóvenes que tenían menos nervios que nosotros. O eso aparentaban. Se lo pasaban bien y bromeaban entre ellos.
Una vez en el interior, comprobamos que el aire era más seco de lo habitual. Ya habíamos oído acerca de ello en varios foros. La sensación a la hora de remar en ergómetro es más agobiante y yo diría que hasta afecta al aire que chupa el ventilador del ergo. Pero no es excusa. Todos estamos igual, si las condiciones son malas, son malas para todos. Hay que darlo todo.
Afortunadamente tuvimos el placer de ver antes de nuestra regata, a Samantha Briggs, reina mundial del crossfit en 2013. Primero hizo un 2000m donde rompió el record de 30-39 ligeras de UK y posteriormente y no menos meritorio, hizo el record mundial de 500 metros en la misma categoría con un crono de 1:33.4. Casi nada…
Llegó nuestra regata, concentración y fuerza. Ahora hay que darlo todo. Sin excusas. Llevo mi plan de regata desde el principio con el orden que me enseño Marcos César Morales el entrenador de Raspas del Embarcadero en Getxo. Mi gurú personal y quien me ha dado alas y me permite el lujo de soñar con la mejora de mi 2000m.
Ready, Attention, Row!!!!! Voy toda la regata por delante de John Steventon, un escocés duro de roer, como me ha demostrado al final… 4 metros de diferencia. Seis… Cuatro… así hasta el sprint al final en los últimos 500 donde duele… los cuadriceps están al rojo. Espalda, brazos…. Qué más da!
Duele todo pero hay que tirar. Al final segunda posición. Duro el escocés, ya dije. Pero estoy contento porque he hecho el plan tal y como me propuso Marcos. El objetivo era bajar el tiempo a 6 minutos 39 segundos y lo he conseguido.
Después de mi regata, nos quedamos a ver las series de 3000 metros por equipos, donde se alternaban de forma periódica entre varios remeros de clubes del entorno y resto de Reino Unido. Muy visual y emocionante.
Y como decían en los famosos dibujos de Walt Disney… “No se vayan todavía .. que aún hay más”. Nos queda el mundial de ergómetro de Boston 2016 donde Marcos César Morales, Damián Alonso y yo entre otros, esperamos dar alguna que otra sorpresa y traer algunas medallas y martillos del otro lado del charco.